Entre el 12 y el 18 de marzo se conmemora la semana mundial del glaucoma, fecha que fue establecida con el objetivo de concientizar sobre la enfermedad, que constituye la principal causa de ceguera irreversible y prevenible a nivel global. En este contexto, la Sociedad Chilena de Glaucoma se suma a esta campaña y alerta sobre la necesidad de los controles oftalmológicos periódicos y el acceso y adherencia a los tratamientos.
El glaucoma es una enfermedad crónica, progresiva y degenerativa del nervio óptico que produce un daño en el campo visual. Suele ser asintomática y es más frecuente en personas de más de 60 años. El doctor Andrés Gerhard, oftalmólogo y presidente de la Sociedad Chilena de Glaucoma explica: “existen varios tipos de glaucoma, aunque los más frecuentes son el de crónico de ángulo abierto y el crónico de ángulo cerrado. La principal diferencia entre ellos es la sintomatología que, en el primer caso es asintomática y en último caso, se puede presentar como cuadros agudos de dolor intenso en el ojo y pérdida de la visión. Llamado glaucoma agudo, pero no es la presentación más frecuente”.
Muchas veces el paciente no es capaz de percibir el daño del campo visual periférico hasta que es muy avanzado, porque el ojo bueno o menos afectado es capaz de compensar. Además, en las etapas iniciales de la patología, las zonas de déficit visual periférico son rellenadas por el cerebro, por lo paciente no percibe ninguna disminución de la visión.
- Según la Asociación Mundial del Glaucoma, hoy existen 78 millones de personas en el mundo que tienen la enfermedad y se espera que esta cifra llegue a 111,3 millones para 2040.
Con relación a los factores de riesgo, el doctor Gerhard detalla: “el factor de riesgo más importante para desarrollar glaucoma es la presión intraocular elevada. También influyen la edad, ya que, a partir de los 60 años, las probabilidades aumentan; y el componente hereditario. Es decir, los familiares de personas con glaucoma tienen diez veces más posibilidades de tener la enfermedad”. Y agrega: “la miopía e hipermetropía alta también aumentan la predisposición”.
El tratamiento del glaucoma debe adecuarse a cada paciente. El doctor Gerhard explica que “esta enfermedad se trata mediante la reducción de la presión intraocular. Esto se logra mediante cirugía láser o convencional, gotas oftálmicas o una combinación de ambas. Los planes de tratamiento pueden variar según el tipo de glaucoma y las necesidades de cada paciente, pero es fundamental la adherencia”.
- En los países en desarrollo, el 90% de los casos está sin diagnosticar, por eso la Sociedad Chilena de Glaucoma alerta sobre la importancia de un diagnóstico temprano y la adherencia y el acceso a los tratamientos.
Por último, desde la sociedad médica hacen hincapié en la prevención del glaucoma y en la necesidad de los controles oftalmológicos periódicos para lograr un diagnóstico temprano y evitar un daño importante del nervio óptico.
Sobre los desafíos que existen en el país, el doctor Gerhard manifiesta que “en Chile siempre se ha trabajado para que el glaucoma ingrese al AUGE, ya que de esta manera se le da más visibilidad a la patología y contribuiría a mejorar el acceso a los tratamientos”.
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